En lo que respecta a la distancia entre los domicilios de los progenitores existe un cierto vacío legal que ciertas resoluciones del Tribunal Supremo han ido paliando. Desde un punto vista general se considera que los menores precisan de un marco estable de referencia alejada de existencias nómadas. Es decir, que no procede someterlos a dos colegios, dos atenciones sanitarias y largos desplazamientos periódicos.
A lo largo de diferentes sentencias se va detallando la importancia de esa estabilidad y de cómo la lejanía de las residencias de los progenitores pueden vulnerarla. Se considera, en concreto, que la distancia «no solo dificulta sino que hace inviable la adopción del sistema de custodia compartida con estancias semanales, dada la distorsión que ello puede provocar y las alteraciones en el régimen de vida del menor máxime cuando está próxima su escolarización obligatoria, razones todas ella que motivan la denegación del sistema de custodia compartida».
Una variedad de casos que pueblan la jurisprudencia y que demuestran que no se debe alterar la vida normal de los menores, especialmente si se encuentran en edad escolar. Todos ellos ejemplos que ponen de manifiesto la importancia de preservar el máximo orden y estabilidad en el entorno de los hij@ para favorecer un crecimiento equilibrado.
Sin embargo, se han llegado a conceder custodias compartidas cuando la distancia entre residencias era limitada. Entre ellos figuran casos en los que 25km separaban los domicilios de los progenitores y que el juzgado no consideraba un obstáculo suficientemente arriesgado para la estabilidad de los menores. Como consecuencia, se puede considerar que la jurisprudencia actúa con mesura en función de cada caso y del distanciamiento específico de cada uno.
En cierta manera se trata de una cuestión cuyas claves son el sentido común y el bienestar físico y emocional del menor al que no se debe en ningún momento someter a un estilo de vida estresante. Y es que, a pesar de todo lo que conlleva un divorcio, es necesario velar por la tranquilidad y seguridad en sus vidas.
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Fuente: ADN Jurídico
