La confiscación, comiso o decomiso, en Derecho, es el acto de incautar o privar de las posesiones o bienes sin compensación, pasando ellas al erario. Se contempla una pena principal, que es la que priva de bienes, y otra accesoria (comiso o decomiso) que implica la pérdida o privación de los efectos o productos del delito y de los instrumentos con que este se cometió.
Por lo general, es la policía la que incauta el bien a la vista de la comisión de un delito, y lleva a cabo las investigaciones pertinentes para averiguar si dicho bien pertenece o no al delincuente. Posteriormente entrega el objeto al juzgado correspondiente, quien lo remite al Juzgado Decano para que lo guarde en el Depósito de bienes.
Para solicitar el retorno de un bien incautado es necesario presentar una moción ante el tribunal que supervisará la devolución de los bienes. En la solicitud hay que incluir los datos personales y especificar el bien o propiedad que ha sido incautado así como la organización o persona que la requisó.De la misma forma hay que detallar la situación concreta y hacer constar, si es que así ha ocurrido, que se ha ganado rotundamente el caso.
Una vez cumplimentados apropiadamente los documentos se solicita una audiencia con el tribunal para que el bien o los bienes confiscados sean devueltos. El día de la devolución deben estar presentes el abogado defensor y un representante de la agencia del orden público. Tras la aprobación por parte del juez, se tramita un formulario en el que se incluye información específica del caso y que, posteriormente, debe ser presentado ante el tribunal para su firma.
Finalmente se procede a presentar una copia a la organización policial que se ocupó la incautación. Si tras la revisión del documento todo está en orden se devuelve la propiedad del bien. No deja de ser un procedimiento arduo pero es el único medio de lograr la recuperación de los bienes incautados.
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Fuente: cosaslegales
